San Pedro ha sido descrito como un lugar místico, misterioso, ancestral, mágico.
Pero lo que en verdad hace especial a este pueblo, es la intensa percepción del encuentro entre un pasado ancestral y un presente lleno de peculiaridades.
De una forma de vida que diariamente se recrea en los cálidos muros de adobe de un pueblo que se adapta a los tiempos mientras mantiene tradiciones y costumbres, en medio del silencio de un Desierto que se despliega intenso y espectacular a su alrededor.